
Saludos a todos de nuevo desde mi ventana. En hora buena a todos los en la primera línea. Gracias por vuestra buena voluntad y valentía en seguir peleando contra el enemigo común. Desde esta ventana y el servicio de capellanía nos estamos dando cuenta que las preguntas siguen amontonándose. Todos nos estamos dando cuenta en la fragilidad de nuestra situación. Somos pequeños e indefensos ante un enemigo invisible y aún más pequeño. Ser conscientes de esto es sabiduría. Pero también tenemos que recordar que Dios nos valora por encima de todas las cosas en este universo. Dios nos recuerda poner nuestra mirada hacia arriba y no hacia abajo.
El Salmo 8 dice: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,
La luna y las estrellas que tú formaste,
Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
Y el hijo del hombre, para que lo visites?
Dios nos valora por encima de todas las cosas en este universo. Por eso envió a su único hijo para redimirnos. Esta noche, sal a tu azotea o puerta y mira arriba y di conmigo: “!Oh Señor, Señor nuestro, Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!”
El quien mira hacia arriba encontrará esperanza. El quien mira hacia abajo solo ve problemas. Te animo mirar hacia arriba. El te esta esperando.